domingo, 17 de agosto de 2025
Los versos más puros de tu ausencia
sábado, 16 de agosto de 2025
Tengo la sucursal de los muertos
viernes, 15 de agosto de 2025
El silencio era nuestro verbo
jueves, 14 de agosto de 2025
El veneno de tu aroma
miércoles, 13 de agosto de 2025
La sombra de un pájaro que olvidó su nombre
martes, 12 de agosto de 2025
Tengo el sistema digestivo del estado
lunes, 11 de agosto de 2025
Sumido en el exilio imaginario
domingo, 10 de agosto de 2025
Blasfemia Poética en Si Bemol Menor
sábado, 9 de agosto de 2025
Escribiendo en el olvido lejano de la luna
viernes, 8 de agosto de 2025
Donde amor se escribe con los dientes
jueves, 7 de agosto de 2025
Que la tinta sea tu sábana
miércoles, 6 de agosto de 2025
No he dejado de ser yo
martes, 5 de agosto de 2025
Tu cama es un continente recién nacido
lunes, 4 de agosto de 2025
Cada día es un espejo roto
domingo, 3 de agosto de 2025
Cárceles clandestinas
sábado, 2 de agosto de 2025
Bebiendo silencio en el camino
viernes, 1 de agosto de 2025
Aquí hasta los abrazos tienen raíces
jueves, 31 de julio de 2025
miércoles, 30 de julio de 2025
Poesía eres Tú
martes, 29 de julio de 2025
El refugio de tu ausencia
lunes, 28 de julio de 2025
Un abanico de sueños
domingo, 27 de julio de 2025
Una turbulencia de emociones
sábado, 26 de julio de 2025
El silencio ahora escribe
viernes, 25 de julio de 2025
En las esquinas prohibidas
jueves, 24 de julio de 2025
Bajo la luna fría
miércoles, 23 de julio de 2025
Desde que nace en silencio
martes, 22 de julio de 2025
Tengo la sucursal de la justicia
lunes, 21 de julio de 2025
Con la poesía de nuestros cuerpos
domingo, 20 de julio de 2025
Cumplir 7 años
El inicio de toda una vida.
Llegaron a la sala cuna dos hermanos gemelos. El centro era solo para niños de 0 a 6 años. Al cumplir los 7 los trasladaban al lado de los varones, al primer grupo.
Desayunaban temprano para luego irse a los juegos del recinto toda la mañana.
El almuerzo se servía a las 11:30 a.m. Una vez terminado, todos los niños y niñas del centro debían dirigirse al dormitorio para la siesta. Aquel descanso era sagrado y obligatorio, sin excepciones. La norma exigía que durmieran boca abajo, posición que, según les decían, garantizaba un reposo tranquilo.
Sin embargo, uno de los pequeños, un día cometió el error de quedarse dormido boca arriba. En un instante, sintió la presión de una mano que le agarraba con fuerza los cachetes, deformando su rostro. Al abrir los ojos, sobresaltado, vio una sandalia levantarse frente a sus ojos, antes de golpearlo repetidamente en la cara. Era la cuidadora, quien, entre gritos, le repetía que debía dormir con el vientre pegado al colchón. El castigo fue violento e inesperado, marcando así su segundo recuerdo traumático en aquella sala cuna.
El centro albergaba a niños y niñas huérfanos desde los 0 hasta los 6 años de edad. Al cumplir los 7, los trasladaban al primer grupo de seis, en el Hogar del Niño de San Salvador, ubicado en San Jacinto.